Epilepsia
La epilepsia en perros y gatos no es un trastorno muy frecuente, sin embargo, es importante que los cuidadores manejemos información sobre ella de forma que podamos identificar esta patología y actuar si nuestro perro presenta alguna crisis epiléptica en algún momento de su vida.
La epilepsia en perros
Para empezar explicaremos qué es la epilepsia en perros o epilepsia canina. Hablamos de un trastorno que cursa con episodios convulsivos de origen adquirido o estructural o idiopático. Un típico ataque de epilepsia en perros se va a dividir en las fases siguientes:
- Pródromo: momento previo al inicio de la crisis epiléptica. En el perro pueden detectarse cambios de comportamiento.
- Aura: supone el inicio de la crisis, pero es difícil reconocerlo. Pueden identificarse vómitos o eliminaciones inadecuadas. Para otros autores se trata de una crisis epiléptica de tipo sensorial, que incluiría cambios de comportamiento. Este tipo de epilepsia en perros cursaría, por lo tanto, sin convulsiones. En su lugar el perro manifestará comportamientos extraños como morder el aire como si capturase algún objeto, lamerse compulsivamente o mirar al vacío.
- Período ictal: es la fase en la que se producen los movimientos involuntarios, las convulsiones en perros típicas. Dura desde unos segundos hasta varios minutos.
- Período posictal: tras la crisis algunos perros pueden mostrarse desorientados, orinarse o presentar algún problema neurológico como debilidad o ceguera.
Causas de epilepsia en perros
La epilepsia adquirida se caracteriza por tener una causa identificable, por ejemplo, una cicatriz en el cerebro producida por un golpe en la cabeza. En cambio, en la epilepsia idiopática, más frecuente, la causa no puede identificarse. Se sugiere que puede estar relacionada con desequilibrios en diferentes sustancias que se encargan de transmitir los impulsos nerviosos en el cerebro.
Las causas pueden dividirse en extra o intracraneales. Las primeras pueden producirse por tóxicos, a veces resultado de problemas metabólicos. Las segundas se corresponden a encefalitis, traumatismos o patologías como la hidrocefalia.
En algunas razas la epilepsia se hereda, como el beagle o el pastor alemán. En otras es más frecuente que se manifieste la epilepsia, aunque no se ha probado su origen genético. Son, por ejemplo, el cocker, el collie, el golden, el labrador, el setter irlandés, el caniche, el San Bernardo o el husky. Además, puede ser más frecuente la epilepsia en perros mayores por el crecimiento de tumores cerebrales o problemas metabólicos a causa de enfermedades hepáticas o renales, más comunes en las edades más avanzadas.
Síntomas de epilepsia en perros
El síntoma característico van a ser las convulsiones, que aparecen entre los seis meses y los cinco años de edad, aproximadamente. Además, para que podamos hablar de epilepsia, los ataques epilépticos en estos perros deben ser recurrentes y parecidos. Estas convulsiones, con el tiempo, se irán sucediendo de forma más frecuente. El perro puede llegar a perder la consciencia. También apreciaremos que el perro hipersaliva, vomita o se hace sus necesidades encima.
En función de los síntomas las crisis epilépticas pueden ser focales o generalizadas, dependiendo de si afectan a una parte del cerebro o a todo. En las primeras observaremos movimientos de la cabeza, parpadeos, sacudidas de extremidades, micción, defecación, hipersalivación, pupilas dilatadas, vómitos, ansiedad, miedo o agresividad. Las generalizadas pueden manifestarse de diversas maneras con contracciones musculares, movimientos de pedaleo, contracciones bruscas que afectan a ambas partes del cuerpo o pérdidas de tono muscular.
En este vídeo del canal de Blake E puedes ver un cuadro real de epilepsia canina:
Tratamiento para la epilepsia en perros
En primer lugar, lo más importante es que el veterinario consiga hacer un diagnóstico acertado, ya que la epilepsia se puede confundir con síncopes, alteraciones neurológicas o incluso narcolepsia o dolores muy intensos.
Si nos interesa saber cómo curar la epilepsia en perros, tenemos que tener claro que, aunque se dispone de fármacos, pueden no ser del todo eficaces. Por ello el objetivo del tratamiento, en la epilepsia idiopática, será la disminución de la frecuencia de las convulsiones y su gravedad. También es importante saber que estas pastillas para la epilepsia en perros pueden tener efectos secundarios como la sedación, aunque los perros suelen acostumbrarse en unas semanas, al punto de tolerarlos.
En cambio, si se descubre una causa para la epilepsia, esta debe ser tratada. La medicación contra la epilepsia puede pautarse de por vida y hay que realizar controles periódicos de seguimiento.
Contra la epilepsia existen varios fármacos, por lo que el veterinario podrá ir probándolos hasta dar con el más eficaz para nuestro perro. Para el éxito del tratamiento es muy importante que sigamos las pautas de administración que nos prescriba este profesional, ya que es clave que mantengamos niveles correctos del medicamento en sangre para que sea efectivo.
Sobre el tratamiento natural de la epilepsia, se está estudiando el efecto beneficioso de diversos suplementos alimenticios y dietas. Para más información debemos consultar con nuestro veterinario, pues no todas las recomendaciones han demostrado mayor eficacia que un placebo.
¿Puede morir un perro de un ataque epiléptico?
Las consecuencias de un ataque de epilepsia en perros pueden ser graves, incluso mortales, si las convulsiones no cesan. Estas situaciones también pueden dejar secuelas en el perro, como veremos. El pronóstico va a variar en función de la causa que está provocando los ataques y de si es posible controlar las convulsiones. Si el perro inicia una crisis que no remite puede fallecer. En cualquier caso, es más probable que el animal sobreviva y deba seguir un tratamiento.
¿Qué secuelas deja la epilepsia en perros?
Los ataques epilépticos que se repiten con frecuencia van a alterar, por sí mismos, la calidad de vida del perro. En otras ocasiones se produce lo que se conoce como estado epiléptico refractario, cuando el perro no responde a los fármacos anticonvulsivos.
Si las convulsiones no se controlan la vida del perro correrá peligro y, además, de recuperarse, es posible que le queden secuelas. Estas incluyen descoordinación, ceguera, giros en círculos o hiperactividad.
Algunas pueden ser recuperables en cuestión de semanas, por lo que no influirían en cuántos años dura un perro con epilepsia, aunque hay casos en los que se convierten en permanentes. Son las que afectan, sobre todo, a comportamientos aprendidos.
¿De qué hablamos cuando hablamos de epilepsia en gatos?
La epilepsia se trata de un síntoma de una disfunción neurológica fundamentalmente del cerebro. El síntoma presente del que hablamos son las convulsiones pero ellas también pueden estar presentes en otras enfermedades que no sean la epilepsia.
Pueden estar ocasionadas por diferentes motivos, dentro de los cuales encontramos los hereditarios, que son conocidos como causas idiopáticas o, por un trastorno. Dentro de estos últimos tenemos desde una caída con un golpe en la cabeza (en los gatos es difícil de notarlo) hasta causas infecciosas.
Las causas serán determinadas, en la manera de lo posible por el veterinario de cabecera del animal. Ya hablaremos de ello más adelante.
Síntomas para estar alertas
Si crees que tu gato puede estar padeciendo epilepsia, ten en cuenta los siguientes síntomas para determinar si realmente se trata de esta enfermedad:
- Convulsiones espontáneas
- Rigidez muscular
- Pérdida del equilibrio
- Dificultad para comer y beber
- Dificultad para caminar
- Hiperactividad
- Hiperventilación (en general antes de un ataque)
- Nerviosismo
Diagnóstico y Tratamiento de la epilepsia en gatos
Si bien existe un menor porcentaje en gatos que en perros, existen algunas razas puras con mayor predisposición y los primeros años de vida son cruciales para nuestro pequeño felino. Como ya adelantamos en la introducción de la enfermedad puede deberse a diferentes causas pero si detectas que tu gato tiene alguno o varios de los síntomas citados debes acudir al veterinario para un diagnóstico lo antes posible.
Diagnóstico
El profesional que asista a nuestro gato tendrá en cuenta el peso, edad y tipo de epilepsia e intentará ayudarse para llegar al diagnóstico de análisis de sangre y de orina, radiografías y hasta encefalogramas.
Cuidados para un gato con epilepsia
Ante todo debemos brindarle un ambiente seguro y lleno de mimos en casa. Seguiremos las instrucciones del veterinario y medicaremos a nuestro gato como el veterinario halla recetado. Minimizar las situaciones que puedan provocarle estrés, ya que puede desencadenar algún ataque. Se sabe que no es una vida fácil, pero un gato con esta enfermedad puede tener una expectativa de vida de 20 años si sabemos cuidarle.
En casa tratar de evitar las ventanas abiertas, escaleras o salientes sin nuestra supervisión o, colocar redes en sitios que presenten peligro. Alejar objetos de su territorio de comida, arenero y descanso que puedan generarle problemas ante un ataque.
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